domingo, 5 de noviembre de 2017

La ética formal de Kant

La reflexión sobre la moral de Kant parte de la exigencia de construir una ética que sea verdaderamente universal. Kant afirma que una ética de este tipo únicamente nos debe decir cómo debemos actuar, no qué objetivo debemos perseguir ni qué debemos hacer para conseguirlo. Es decir, debe ser una ética vacía de contenido, una ética puramente formal.
La ética formal kantiana considera que lo único que puede ser considerado moralmente bueno sin restricciones es la buena voluntad.
Una voluntad de este tipo se caracteriza por actuar siempre por deber, es decir, por respeto a la ley moral universal que obliga a hacer aquello que querríamos que todos hicieran si estuvieran en nuestro lugar.

*La moral es el conjunto de costumbres y normas que regulan las acciones, tanto individuales como colectivas, y que permiten clasificarlas como correctas o incorrectas, es decir, como morales o inmorales.
La moral (distinguir el bien del mal) es un rasgo de nuestra naturaleza, una dimensión del ser humano, y un modo de vida que existe gracias a la libertad, ya que esta nos permite elegir entre un abanico de posibilidades utilizando nuestra voluntad.

*La ética es la reflexión filosófica que trata de aclarar en qué consiste la moral, cuáles son sus fundamentos y cómo se aplica en distintos casos, tanto del ámbito privado como del público.

La ética es una rama o disciplina filosófica que ha estudiado los distintos códigos modales para encontrar un fundamento y establecer un mínimo común compartido (universalmente objetivo sobre el bien y el mal).

Filosofía -fragmentos-. Oxford University Press.

martes, 10 de octubre de 2017

Sin razón se quejan los hombres de su propia naturaleza deplorando que, al ser débil y de corta duración, se rige más por el azar que por las dotes de cada uno. Pero, pensándolo bien, resultará que, por el contrario, no hay nada mayor ni más excelente, y que lo que a la naturaleza le falta es la diligencia de los hombres más que el vigor o el tiempo necesario. Es el Espíritu el que guía y gobierna la vida de los mortales. Este, cuando trata de alcanzar la gloria por la senda de la virtud, se muestra extraordinariamente poderoso, capaz e ilustre, y no necesita de la fortuna, puesto que está no puede dar ni arrebatar a nadie la honradez, la diligencia ni las demás buenas cualidades. Pero sí, seducido por ciegas pasiones, se pierde en la pereza o en los placeres de los sentidos, después de gozar algún tiempo de una pasión perniciosa, al malgastar en la inercia las energías, el tiempo y la inteligencia, sale a relucir la debilidad de la naturaleza. Los propios responsables atribuyen a las circunstancias una culpa que es suya. Pues si los hombres tuviesen tanto desvelo por los auténticos vienes como empeño pone en alcanzar las cosas ajenas y nada provechosas e, incluso, muchas veces peligrosas y funestas, mandarían sobre las circunstancias en vez de ser juguetes de ellas y llegaría a tal punto de grandeza que, en vez de a mortales, serían eternos por la gloria.

Fragmento "La guerra de Yugurta" Salustio

domingo, 8 de octubre de 2017

Nada hay más doloroso para la mente humana que la mortal quietud del alma y la certidumbre que sigue a una rápida sucesión de hechos que priva al Espíritu de esperanzas y de temores.

Lloraba con amargura entonces deseoso de que la paz volviera a mi espíritu para permitirme ofrecerles consuelo y felicidad. Era imposible...El remordimiento ahogaba las esperanzas. Era el creador de un peligro eterno y vivía en el temor de que el monstruo, fruto de mis esfuerzos, cometiera un nuevo crimen.

Fragmento del libro "Frankenstein o el moderno Prometeo" M. Shelley

viernes, 21 de julio de 2017

El demiurgo-jehová-satanás... 1

Las personas asiduamente necesitan discernir entre lo que es bueno o es malo con el racional propósito de rechazar lo perverso, lo infame. En un vetusto artículo de este sitio web titulado "El demiurgo-jehová-satanás" yo disertaba sobre la existencia  de este "ser", refiriéndome a él como un ente extraterrestre anunnaki enclavado en lo más alto de la pirámide del poder; ese poder oculto en la sombra formado por una casta de banqueros, políticos, grandes magnates, viejas aristocracias y demás individuos ocultos en la umbría culpables de toda la miseria de este mundo. Pues él es algo diabólico que se nutre de la desgracia, del dolor y del tormento, creador de un universo material imperfecto. Pues bien...

El único ser realmente maligno eres Tú. Porque no hay nadie que pueda causarte mayor detrimento que Tú. Y lo más grave de todo es no poder llegar a apreciar uno mismo su propia autodestrucción. Preferimos echar balones fuera, por lo que recurrimos al diablo, al demiurgo-jehová-satanás o a otro tipo de milongas con tal de no aceptar de que lo toxico en todo esto es una parte de nosotros mismos.
Con la maldad en el mundo o demás problemas de ámbito internacional ocurre exactamente lo anteriormente expuesto. Parece que no somos capaces de aceptar la perversidad en los seres humanos ya que debemos buscar culpables en otro lado. Y ahí está la cosa, al no hallar nada recurrimos a la invención. No existe un ser ajeno a nosotros culpable de toda la mierda que hay en la faz de la tierra.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Por divertirse, a veces, los marineros cogen algún albatros, vastos pájaros de los mares, que siguen, indolentes compañeros de ruta, la nave que en amargos abismos se desliza.

Apenas los colocan en cubierta, esos reyes de azul, desdichados y avergonzados, dejan sus grandes alas blancas, desconsoladamente, arrastrados como remos colgando del costado.

¡Aquel viajero alado qué torpe y cobarde!
¡Él, tan bello hace poco, que risible y que feo!
¡Uno con una pipa le golpea en el pico, cojo el otro, al tullido que antes volaba, imita!

Se parece el poeta al señor de las nubes que ríe del arquero y habita en la tormenta; exiliado en el suelo, en medio de abucheos, caminar no le dejan sus alas de gigante.

Charles Baudelaire -Albatros-

jueves, 4 de mayo de 2017

Más no, es solo una máscara, un decorado falso,
este rostro que alumbra un gesto exquisito,
y mira, ahí puedes ver, atrozmente crispada,
La verdadera cara, la cabeza sincera trastocada al abrigo del rostro mentiroso.
¡Ah, pobre gran belleza! El magnífico río de tus llantos afluya mi pecho doliente;
 tú mentira me embriaga, y mi espíritu abreva del venero que arranca el dolor de tus ojos,

Mas ¿ por qué esta llorando? Ella, beldad perfecta que pondría sus pies todo el género humano,
¿ qué raro mal corroe su costado de atleta?

! Ella llora, insensato, llora porque ha vivido!
¡ Y llora porque vive!. Pero lo que le duele más, y hasta las rodillas estremecerse le hace,
Es que mañana, ¡ay!, Aún habrá de vivir!
¡ Y pasado, y al otro, y siempre...!
¡Cual nosotros!

Charles Baudelaire -fragmento de su poema la máscara-

 ¡Hermanos!, regocijémonos de tener a unos políticos tan bondadosos y una sociedad tan implicada en la cruzada contra un virus que ha vuelto...