mismo evoca un enigmático sentimiento de familiaridad y memorias perdidas, lo que es
natural, puesto que nuestros antecesores han hecho conjeturas acerca de ella durante miles
de años.
Si buscamos la palabra Atlántida en una enciclopedia, podemos leer que se trata
de un continente perdido y "mítico" y, entre otras referencias, veremos que fue descrita por
Platón en el siglo IV a.C., en dos de sus Diálogos, Tlmeo y Critias, en los que hace referencia
a una visita de Solón a Egipto. Entonces se enteró de que los sacerdotes de Sais guardaban
documentos escritos acerca de "una isla-continente situada más allá de las Columnas de
Hércules (nombre que se daba en la Antigüedad a Gibraltar) llamada Atlántida y que era el
corazón de un grande y maravilloso imperio" y que tenía una población muy numerosa,
ciudades de techos dorados, poderosas flotas y ejércitos de conquista e invasión.
En su descripción de la Atlántida, Platón señala que "la isla era mayor que Libia y
conocida) y podía pasarse a través de ella al continente opuesto, que bordeaba el verdadero
océano..."
El filósofo griego describe la isla como un paraíso terrestre, mezcla de imponentes
montañas, fértiles llanuras, ríos navegables, ricos depósitos de minerales y una numerosa y floreciente población. Este poderoso imperio "desapareció bajo el mar en un solo día, con su
noche".
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