Vuestra
hazaña iluminará eternamente
a
todos los pueblos hiperbóreos
que
decidan tomar el cielo por asalto
y
regresar al origen primordial
del
que Jehová-Satanás nos ha privado.
Porque
ellos combatieron a los demonios
y
despertaron del Gran Engaño
pero
hasta ahora nadie ha logrado
igualar
la gloria de Nimrod, “el derrotado”.
Por
eso los que aquí quedamos
debemos
intentarlo nuevamente
junto
a Cristo-Lúcifer, “el enviado”.
El
Dios de los que “pierden” durante el Kaly Yuga
y
sus monjes guerreros, los Siddhas hiperbóreos
que
esperan el momento designado
en
que doce hombres
de
la sangre más pura
se
reúnan al final del Kaly Yuga
en
suelo Americano.
Entonces
el Graal será encontrado
y
luego de mil años de traiciones
caerá
la venda de los ojos, despertando;
la
puerta nuevamente será abierta
y
Chang Shambalá con sus demonios
será
definitivamente aniquilado.
Pero
hasta ahora nadie ha logrado
igualar
la gloria de Nimrod, “el derrotado”.
Es
cierto que pocos lo intentaron:
algunos
íberos, algunos celtas,
troyanos,
aqueos, dorios o romanos,
muchos
godos y muchos germanos.
Pero
nadie hasta ahora ha logrado
igualar
la gloria de Nimrod, “el derrotado”.
Tal
vez en Montségur los cátaros
o
los caballeros teutones
de
Federico II Hohenstauffen,
o
el más grande de todos,
nuestro
Führer, con su eje mágico
y
un pueblo valeroso que ante nada retrocede;
acaso
Él como nadie la ha buscado.
Y
así muchos la eternidad han ganado
y
de este infierno se han marchado.
Pero
no definitivamente
pues
una guerra final será librada
y
volverá Nimrod
junto
a los grandes héroes del pasado.
Odin,
Wotan, Lug y Wiracocha,
Heracles,
Indra y Quetzacoatl
desde
el Valhala llegarán cantando
rodeados
de Walkirias primorosas
y
música de antaño.
Y
ellos levantarán ejércitos enormes
de
vivos, inmortales y resucitados;
una
sola virtud será exigida:
se
llama HONOR y dignifica al virya
que
del Engaño ha despertado.
La
lucha será definitiva
y
el Demiurgo y sus huestes, derrotado,
liberará
al fin a los espíritus inmortales
que
de Venus habían llegado
para
que regresen adonde Dios espera,
en
un mundo que no se ha creado.
¡Y
a partir del Universo de materia,
de
la locura, el mal y el Gran Engaño,
los
que regresan cantarán a coro
las
hazañas de Nimrod, “el derrotado”!
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